Expectativas del sector de las telecomunicaciones. Internacional :: International

Expectativas del sector de las telecomunicaciones


Fecha Jueves, febrero 21 @ 18:00:18
Tema Internacional :: International


Jesús Banegas Núnez
Presidente de ANIEL
Presidente del Comité Organizador de EXPO COMM España


Según el informe sobre la economía mundial del Servicio de Estudios del BBVA, el crecimiento de la economía mundial en el año 2000 fue el más alto de los últimos veinticinco años y la inflación la más baja de los últimos treinta años.


No obstante, y pese a esta exuberancia económica, las bolsas comenzaron a bajar, con especial énfasis los valores asociados a Internet, posteriormente seguidos por la industria y operadores de telecomunicaciones.La crisis financiera de los valores asociados a las telecomunicaciones, que ha resultado acelerada, además, por el notable crecimiento del endeudamiento derivado del pago de los exorbitantes precios de licencias UMTS, está generando una visión pesimista sobre el futuro del sector que carece de fundamento.

Las telecomunicaciones, sus servicios, y las tecnologías que los soportan vertebran una nueva y ubicua economía interconectada crecientemente, basada en bienes intangibles y cuyas posibilidades de crecimiento no parecen tener fin.

El tráfico cursado por las redes no hace sino aumentar, y en la medida en que las máquinas - en realidad ordenadores o utensilios electrónicos -, se conectan por doquier a las redes, el volumen de información en forma de voz, datos e imágenes que facilita la tecnología digital, crece exponencialmente.

Es, a todas luces, evidente que si el tráfico telefónico vocal siempre ha crecido, no hay ninguna razón para esperar que no lo siga haciendo en el futuro. Carece de sentido esperar que decline el uso de las redes por parte de las empresas de cualquier tamaño y naturaleza; y tanto las instituciones públicas como privadas, como los seres humanos seguirán utilizando progresivamente las nuevas tecnologías asociadas a las redes.

Una buena parte del esperado y obvio crecimiento del tráfico - y por tanto del negocio - de las redes será absorbido por la obvia mejora de la productividad de las nuevas inversiones tecnológicas. Pero en cualquier caso, una mayor absorción de tráfico por la misma unidad de inversión, siempre vendrá acompañada por la aparición de nuevas facilidades tecnológicas que potenciarán racional y positivamente el uso de las redes.

Puesto que resulta evidente la imparable y sólida expansión del negocio de las telecomunicaciones, la crisis de dichos valores en las bolsas sólo puede sustentarse en su posible sobrevaloración en el pasado junto con las razonables dudas que pesan sobre futuros resultados de las empresas más endeudadas.

Con respecto a este endeudamiento, esencialmente asociado a las subastas UMTS, me pregunto dónde están ahora quiénes aplaudieron este sistema públicamente hace algo más de un año. En este sentido, permítanme referirme a mí mismo, y recordar que insistí y anticipé sus lamentables consecuencias. Pero una conducta financiera inapropiada de desigual alcance, no puede generalizarse. Tal y como sostenía en un artículo publicado hace un año, el pesado coste de las licencias UMTS pagado por los operadores ha terminado siendo compartido por los fabricantes, algunos de los cuales han resultado arrastrados a esta la crisis.

Sin embargo, si el tráfico crece y la innovación tecnológica sigue imparable, no hay razones para augurar una crisis estructural en el sector, pese a que algunos agoreros consideran, inconsistentemente, retrasada las tecnologías UMTS. Otra cuestión es la evolución individual de los agentes que conforman el mercado.

La tercera generación móvil es, simplemente, un paso más en la gestión eficiente del tráfico radioeléctrico. Con el UMTS será posible administrar más volumen de transacciones por las redes por unidad de espectro radioeléctrico, junto con un aumento de velocidad de transmisión que permitirá el uso de terminales de prestaciones más avanzadas en materia de datos e imágenes. Una generación intermedia, conocida como GPRS (siempre conectados con voz y datos simultáneamente) y de reciente implantación, está sentando las bases y tendiendo un verdadero puente a un uso eficiente de las tecnologías UMTS que llegará justamente a tiempo de ser empleada productivamente.

Aunque el año 2001 será probablemente menos expansivo que los anteriores, sobre todo en materia de inversiones, todo indica que los fabricantes cuya oferta tecnológica esté más al día, y los operadores más eficientes, diversificados y menos endeudados, disfrutarán en el futuro próximo de un horizonte de posibilidades que volverán a impulsar discriminadamente su valoración en las bolsas. Mientas tanto, la estructura del sector tenderá posiblemente a la concentración defensiva de sus intereses, quizás la única manera de sobreponerse a los errores de la regulación, que junto con un optimismo excesivo de algunos agentes del mercado y la fase depresiva del ciclo bursátil, han generado la situación de crisis que vive el sector.

Hasta aquí el análisis previo al 11 de septiembre. Desde entonces, una nueva, y esta vez fundada, nube de pesimismo, se ha añadido al depresivo ambiente financiero que ha venido envolviendo al sector desde hace un año. Puede que la recuperación de la confianza financiera en el sector, como consecuencia de la tragedia newyorkina se retrase más ahora; pero cabe esperar que llegará más pronto que tarde y que la expansión del sector recuperará el tono de la última década. Para entonces, los países con empresas más competitivas e innovadoras y regulaciones del mercado más adecuadas a las nuevas realidades, gozarán de renovadas oportunidades de liderar el futuro, y en España podemos aspirar a hacerlo.

Jesús Banegas Núñez es Presidente de la Asociación Nacional de Industrias Electrónicas y de Telecomunicaciones (ANIEL) y Presidente del Comité Organizador del salón profesional de las Telecomunicaciones EXPO COMM España. Su formación académica multidisciplinar fusiona la ingeniería con las ciencias económicas y la dirección de empresas. Tras su paso por Telefónica, Standard Eléctrica y Telettra Española, contribuyó a convertir Amper en la primera corporación industrial española de telecomunicaciones. Como constata en más de un centenar de artículos, cree que las mejores ideas, productos, proyectos y empresas, están por venir.



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