Tarjetas Inteligentes, la única alternativa para las Tarjetas de Crédito. Pago Electrónico :: e-Payment

Tarjetas Inteligentes, la única alternativa para las Tarjetas de Crédito


Fecha Lunes, abril 26 @ 12:48:59
Tema Pago Electrónico :: e-Payment


Cada día se copian ocho tarjetas de crédito

La copia fraudulenta de tarjetas de crédito casi se ha duplicado en tres años en Madrid. En 2000 se registraron 1.200 denuncias y el año pasado cerca de 2.400. Las mafias consiguen colocar sus artilugios en cajeros y duplicar el dinero de plástico. La solución: un 'chip' en la tarjeta en lugar de la banda magnética

Sacar dinero de un cajero se está convirtiendo en un riesgo. En 2003 se registraron casi ocho denuncias diarias de usuarios estafados por la clonación de su tarjeta o el skimming, según datos policiales. Y en el 90% de los casos se descubrió que los perjudicados denunciaron la estafa tras sacar dinero del banco. En concreto, el año pasado hubo cerca de 2.400 denuncias por copia de tarjetas, frente a las 1.200 de hace tres años.
Las bandas no lo tiene díficil para actuar. Un lector magnético que transmite información a través de un sistema binario puede ocultarse en cualquier sitio. Las ranuras de identificación de tarjetas a la entrada de los cajeros automáticos cerrados y los bolsillos de ciertos empleados infieles de cualquier establecimiento son los lugares preferidos por los delincuentes para dar pequeños golpes a gran escala.

La propia Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ABICAE) admite que se han incrementado las reclamaciones en las oficinas de esta organización por robo o duplicado de tarjetas de crédito.

Los responsables policiales confiesan que, efectivamente, llegan cada día más denuncias por el fraude con el dinero de plástico.«Estamos desbordados», reconocen.

Los ladrones agudizan cada vez más el ingenio y han inventado todo tipo de artilugios para sus fechorías. Lo más común es la instalación en el cajero automático de un mecanismo, que sobreponen en el lector de tarjetas original con un material similar al que existe. De este modo consiguen que nadie desconfíe al introducir el dinero de plástico. Estos grupos organizados también consiguen averiguar el código secreto del usuario. Para ello instalan una microcámara para visualizar el teclado, que consiguen camuflar en un portapanfletos instalado en el carenado del cajero. Estas microcámaras pueden grabar el número secreto del cliente o también funcionar mediante un transmisor de datos hacia un punto que suele estar localizado hasta a 200 metros de distancia del cajero. Allí, un individuo recibe los datos e imágenes del número o clave secreta.

La microcámara está dirigida siempre al teclado del cajero y dispone de una batería de alimentación y de una antena trasmisora. Este equipamiento de clonación es el que suelen utilizar la mayoría de bandas. Antes solían instalarlos en cajeros callejeros, pero ahora también suelen colocarlos en cajeros situados en la sala de entrada de los bancos.

Durante todo el día, los usuarios insertan confiados sus tarjetas de crédito en el cajero sin saber que sus datos están siendo copiados. Por la noche, ya sólo queda recoger el lector y volcar a un ordenador la información obtenida, con la cual se pueden llegar a clonar decenas de tarjetas.

Una solución para esta escalada de robos podría ser la instalación del chip en las tarjetas de crédito. En los próximos tres años, el sector invertirá más de 100 millones de euros para popularizar las tarjetas inteligentes con chip.

Francia, país innovador en tantas cosas, lo es también en el sector de las tarjetas de crédito. Este país, al igual que Estados Unidos, cuenta ya con el 25% de las transacciones realizadas con este medio de pago.

El país vecino ha sido además pionero en Europa en la incorporación, ya en 1992, de la denominada tarjeta inteligente, la que emplea el chip como instrumento de identificación bancario en vez de la confirmación en línea con el banco en cada operación a través de la banda magnética.

Hoy, el 90% de las operaciones con tarjeta en Francia son autorizadas por este miniordenador incorporado en el plástico y realizado en silicio, lo que supone un adelanto tecnológico de 12 años con respecto a España, donde hasta el 2005 no se prevé su popularización. Desde MasterCard indican que una tarjeta de crédito inteligente tiene un precio de coste de unos dos euros y medio. En Visa fijan su coste en aproximadamente tres euros y medio, donde ya han incluido la rebaja de precios que supone su programa de reducción de costes.

«España destaca entre los países desarrollados por su escaso uso de tarjetas, pues sólo pasa a través de ellas el 8% del gasto, y ello a pesar de que es el país con mayor número de cajeros de su entorno, con 40.000 para menos de 40 millones de personas», comenta un directivo de Europay, compañía que comercializa las tarjetas MasterCard por todo el mundo.

Éste recalca que el uso de tarjetas en España supone «sólo el 0,01% de fraude, lo que significa unos 2 millones de euros».Sin embargo, subraya el carácter estratégico de las inversiones contra el fraude, ya que «las mafias se concentran en países más ricos que España y que todavía no cuentan con la tecnología chip».

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