La empresa brasileña Tacom presenta a los empresarios del transporte urbano su sistema de control electrónico de autobuses, con datos sobre el propio vehículo y de los pasajeros, que —asegura— les ayudaría a combatir la fuga de dinero y, por ende, reduciría la necesidad de subir las tarifas.
Tacom se autodefine como una empresa de ingeniería y proyectos “líder en boletos electrónicos en Brasil” que “está promoviendo una revolución en los medios de pago con el uso de tarjetas inteligentes”.
Además, destaca que su ingeniería “permite sustituir las monedas por créditos electrónicos almacenados en tarjetas inteligentes para un pago ágil, seguro y moderno”.
En entrevista, la directora comercial en México de Tacom, María José de Campos Costa, precisa que la primera etapa del proyecto sería proporcionar esa tarjeta a estudiantes y personas de la tercera edad con credenciales de descuento, a fin de que los choferes no manejen dinero en efectivo.
Luego, añade, se generalizaría la entrega de esas tarjetas a todos los usuarios del servicio, pero el uso de esas micas sería opcional.
Hacerla obligatoria para el resto de los usuarios podría generar resistencia, advierte, porque hay personas que sólo ocasionalmente usan el transporte público y quizá sientan que se les está imponiendo esa tarjeta.
Además, abunda, quienes viven al día quizá tampoco puedan comprar en un sólo pago una “tarjeta inteligente”.
No obstante, afirma, Tacom sugiere a los transportistas el uso generalizado de estas tarjetas porque el control de todos los pasajeros sería más exacto.
“Quizá habría que otorgar a los usuarios que pagan tarifas completas promociones o pequeños descuentos para que se animen a usarlas”.
Tacom llegó por primera vez a Mérida en febrero de este año, cuando hizo una presentación a los transportistas. Ese mismo mes instaló en 11 unidades de Rápidos de Mérida sus equipos de control y dotó de tarjetas inteligentes a varios pasajeros quienes participaron en una prueba para ver la eficiencia del servicio. La empresa transportista quedó muy complacida con los resultados, pues los equipos registraron correctamente las entradas y salidas de los pasajeros.
La directiva señala que este mes espera reunirse con representantes de Minis 2000, Rápidos de Mérida y la Unión de Camioneros de Yucatán, entre otras empresas, para plantearle su propuesta.
Tras observar cómo funciona el sistema de transporte urbano de Mérida, señala, Tacom considera que el problema para los transportistas se da, en parte, por la tarifa diferenciada para estudiantes y personas de la tercera edad, porque dificulta llevar un registro exacto de los pasajes vendidos y los ingresos obtenidos.
Por eso, agrega, primero se trabajaría en controlar las entradas de pasajeros que pagan tarifas con descuento.
Los equipos de control instalados en las unidades medirán la velocidad, número de paradas y si se respeta la ruta, precisa.
Con las “tarjetas inteligentes” —que tendrán un costo simbólico con cargo al usuario— se controlará el número de pasajeros que reciben el descuento y se llevará un mejor registro del dinero que ingresa a las unidades, pues los permisionarios creen que aquí está la fuga más importante de recursos, señala.
La ingeniera, incluso, cree que este sistema podría evitar el alza de las tarifas si las fugas de dinero se evitan por completo.
Además, abunda, toda la información podría servir para la planeación del transporte en la ciudad, pues permitiría ver dónde la demanda es más sentida. “Este sistema pudo haber evitado los $4 millones gastados en un estudio sobre el transporte” en la administración anterior.
El costo e instalación de los equipos estaría a cargo de Tacom. Los permisionarios sólo pagarían una renta. “Este esquema es el mejor porque todas las actualizaciones de equipos correrían a cargo de Tacom, ya que, si los permisionarios los pagaran, quizá los actualizarían sólo hasta casi obsoletos.
“Tacom tendría una central donde se concentraría toda la información del transporte, que enviaría diariamente a los permisionarios un reporte por unidad, para que tengan sus propias estadísticas”.— Adolfo Briceño
El Diario de Yucatán. 28 Jul 2004
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