Todos están a la espera. México :: Mexico

Todos están a la espera


Fecha Jueves, agosto 29 @ 14:51:23
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Toda la atención en el sector bancario mexicano está puesta en el futuro de las dos únicas instituciones grandes que no han cedido ante la ola de fusiones con bancos de capital foráneo: Bital y Banorte. Y las principales estrellas son los bancos extranjeros.
Hace unas semanas, el Banco Santander Central Hispano (BSCH) hizo una ampliación de capital en México y estuvo sonando fuerte para comprar un paquete accionario importante en Bital, pero por razones de precio, decidió postergar la compra (aunque manifestó que estaba dispuesto a volver a realizar una oferta si las expectativas de precio de los socios de Bital cambian). Ambos son socios desde 1992 cuando BSCH compró, junto con el Banco Comercial Portugués (BCP), un 8 por ciento de las acciones del grupo. Después, Santander compró la parte del BCP y otro 10 por ciento en emisiones bursátiles.


Santander ya tiene el control de Serfín y de Santander-Mexicano, que representan un 15 por ciento del sistema financiero del país, pero de comprar Bital alcanzaría un 23 por ciento de participación en el mercado, lo cual lo pondría en condiciones similares a Banamex (22 por ciento) y a Bancomer (25 por ciento).


La expectativa por el futuro de Banorte y Bital ha estado in crescendo en los últimos días. Tiempo atrás se habló de la posibilidad de una fusión entre los dos bancos, lo cual fue desmentido por ambos. La razón de esta especulación sólo podía radicar en el nacionalismo, pues se trata de las dos únicas instituciones bancarias con posibilidades de competir en serio en el mercado de crédito mexicano, pero no son complementarias.


Sopa de letras: ¿HSBC O BSCH?
La familia Berrondo, que tiene el 56 por ciento de los votos de Bital, afirma que no está dispuesta a ceder el control. "Si en el pasado nuestra institución creció y fue rentable, aún sin la suma de nuevos capitales, hoy podemos afirmar que lo mejor de Grupo Financiero Bital está por venir; podemos mirar al futuro y visualizarnos como una institución financiera mexicana con calidad de servicio y solidez a toda prueba", dice Luis Berrondo Ávalos, presidente del Consejo de Administración.


Pero su mayor dificultad para seguir con el control del banco es poder completar un esperado proceso de capitalización. En diciembre del año pasado Bital se comprometió con el Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB) a alcanzar un índice de capitalización del 10 por ciento para el 31 de agosto del año en curso. Esto significa un aporte de capital, por parte de los socios, de alrededor de 400 millones de dólares.


Sin embargo, el vicepresidente de supervisión de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Patricio Bustamante, afirmó que el banco requiere entre 550 y 600 millones de dólares. "El hallazgo surge tras una revisión de cartera hecha por la CNBV a los créditos comerciales de Bital. Este análisis se lleva a cabo cada año en todos los bancos y en Bital evaluamos, entre otras cosas, 51 por ciento de la cartera comercial, lo que nos dio una cobertura importante en términos de necesidades de provisiones", explicó el funcionario. En efecto, muchos analistas dicen que la razón detrás del retiro de la oferta del BSCH es el hecho de que la cartera de Bital sigue bastante deteriorada y que la entidad no ha hecho los procesos de limpieza de su cartera, razón por la cual el precio que piden los accionistas no es el correcto. El trabajo de Jaime Ruiz Sacristán, CEO de Bital, por llevar a cabo el proceso de capitalización, es vital para el futuro del banco, y de la transacción con BSCH.


Sin embargo, otros bancos también están interesados, como es el caso del Hong Kong Shanghai Banking Corporation (HSBC), el segundo grupo financiero del mundo después de Citigroup, que en estos momentos está haciendo su due diligence sobre Bital.


Pero Santander tendría, en principio, más interés por adquirir Bital. "Para Santander es una prioridad hacerse de Bital, pues sus competidores españoles del BBVA los superan en este mercado. Mientras que HSBC podría o no hacerlo. Es decir, si el precio es el correcto ellos comprarían: HSBC es dos y media veces más grande que Santander, y si ellos quisieran podrían vencer a Santander fácilmente, pero no tienen tanta urgencia", afirma Edgar Amador, analista de la firma de consultoría Stone & McCarthy.


Estos dos bancos ya se habían visto las caras en la competencia por adquirir Serfín, otro banco mexicano, que finalmente quedó en manos de Santander. El HSBC ya se había metido en este banco de la mano del gobierno y tenía un 20 por ciento de la institución antes de que fuera intervenida y puesta en venta por el Estado. Pero finalmente el gobierno no respetó el derecho de mando que tenía el HSBC y vendió el banco al mejor postor: Santander. La puja por Bital se puede convertir, entonces, en la revancha entre estos dos colosos de la banca.


Por otra parte, la firma holandesa ING también pretende asociarse con Bital, para impulsar el negocio en el que ellos son fuertes: los seguros. Actualmente ellos tienen una carta de intención con Bital por 200 millones de dólares a cambio de un 17,5 por ciento del total de las acciones, y todo para aprovechar la extensa red de sucursales de este banco, que es la tercera en el país (ver tabla). La decisión está supeditada a que los españoles no tomen el control del banco. Pero en este juego de naipes, ninguno quiere ser el primero en destaparse.


¿El banco fuerte de México?
El otro gran interrogante es cuál será el destino de Banorte. Sus dueños no han proferido ninguna declaración al respecto, ocupados en el proceso de fusión con Bancrecer, el cual ya fue autorizado por la Secretaría de Hacienda, con la opinión positiva de la CNBV.


La compra de Bancrecer, efectuada en diciembre del año pasado tras ganar una licitación en la que compitió con Scotiabank, le permitió a esta institución ampliar su base de sucursales, pero sobre todo crecer en el ramo del crédito automotriz y bajar sus tasas de interés. "Desde que se compró a Banpaís, en 1998, Banorte empezó a adquirir otro perfil, diversificando su cartera, creciendo en el crédito al consumo, automotriz e hipotecario", comenta Ayax Carranza, vocero de prensa del banco regiomontano.


Sus accionistas podrían estar esperando un poco para estabilizarse tras la absorción de Bancrecer y estar en una posición más cómoda para vender. La principal fortaleza de Banorte es a nivel regional, desde su posición como el principal banco de los empresarios de Monterrey. Allí son el banco más fuerte y hay que tener en cuenta que ésta es la zona de mayor crecimiento en México. No obstante, ellos no son líderes de ningún segmento crediticio particular.


Banorte sí es un banco fuerte, lo suficientemente capitalizado y con un rendimiento de ganancias estable. Sin embargo -como a todos los bancos mexicanos- les hace falta ser más banco; es decir, ponerse a prestar y a ampliar su base de clientes con tarjetas de crédito. "Todas las instituciones necesitamos prestar toda vez que bajaron las tasas de interés; necesitamos recuperar los márgenes financieros , ya que las instituciones están saneadas, y porque tienen totalmente reservada su cartera vencida", afirma Othón Ruiz Montemayor, director general de Banorte y presidente de la Asociación de Banqueros de México.


Los problemas de la banca
En este escenario no hay que perder de vista la historia de las instituciones de crédito mexicanas, las cuales quedaron en bancarrota tras la crisis de diciembre de 1994. Justamente, es a partir de entonces que se intensificó el proceso de incorporación de capitales extranjeros y se dio pie a las fusiones.


"De ahí mismo se derivó el problema de la falta de regulación. Antes del 95 no hubo el suficiente control para impedir los autopréstamos; entonces hubo una responsabilidad de la banca, del gobierno y también de los operadores externos. Ahora mismo hay la necesidad de regulación estatal y hay la necesidad de que una parte de la banca sea nacional; porque si no todo va a seguir la lógica del mercado", explica Carlos Morera, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.


No obstante que Bital y Banorte aún quedan en poder de los mexicanos es inocultable el poder que tienen los extranjeros en el sector bancario. En menos de seis meses de existencia, la Asociación de Instituciones Financieras Internacionales, que reúne a seis grupos financieros y ocho bancos filiales, ha sumado su voz en las discusiones de los temas de la agenda nacional.


Según Edgar Amador, "El 80 por ciento ya es banca extranjera. Lo cual es muy triste, porque la economía mexicana es tan grande como la española, o bastante más grande que la holandesa. Sin embargo, España tiene dos marcas bancarias globales muy fuertes (BBVA y Santander), y Holanda tiene dos marcas globales (ING y ABN Amro). La burguesía mexicana renunció a tener bancos locales, lo cual en términos de poder de negociación en relación con los otros estados nacionales es crítico: aquí los créditos importantes son aprobados en Madrid o en Nueva York. Las decisiones sobre la economía mexicana no se toman aquí".


La posibilidad de conservar una parte del mercado bancario en manos mexicanas está fincada, en gran medida, en las decisiones que tomen al respecto los dueños de Bital y de Banorte. Por eso, hoy por hoy, todos están a la espera.
Hernán Correa, Ciudad de México 18/8/2002 23:20 EST
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